Los Wichis son la etnia mas importante del Chaco argentino, y habitan una gran región de bosque nativo llamada El Impenetrable. Son un pueblo de cazadores, pescadores y recolectores que, gracias a su saber milenario, supieron servirse de la abundancia de la naturaleza que los rodeaba, sin depredarla.

Para el Wichi la naturaleza es la dadora primordial, la que nutre y satisface todas sus necesidades, y está protegida por los dioses de los seres vivientes: el señor de los peces, el dueño del monte, el padre de los pájaros, que son quienes castigan a aquellos que cazan o pescan de más, desperdiciando lo obtenido. Para ellos son valores supremos preservar relaciones armónicas e igualitarias entre los individuos y las familias, y cultivar una “cultura de lo mínimo” haciendo un consumo siempre sobrio, austero, a partir de lo que en la naturaleza se halla disponible en cada época del año.
De allí que el Wichí no acapara, no acumula, solo extrae lo necesario para ese día o los siguientes, y su poder y prestigio personal se sustentan en su capacidad de distribuir con quienes no tienen o tienen poco. Por eso no existe un concepto Wichí de propiedad de la tierra, ni de los recursos naturales, lo que hace que los bienes, salvo excepciones, sean todos de libre acceso.
Hacia fines del siglo XIX y principios del XX, fueron arrinconados, colonizados, y compulsivamente relocalizados. Los nuevos dueños de la tierra iniciaron una explotación devastadora del bosque chaqueño, proceso que perdura hasta nuestros días. Por el desmonte, la tala indiscriminada y la introducción de ganado, lo que alguna vez fue una tierra fértil llena de árboles y arbustos se convirtió en un desierto seco y arenoso. Aun hoy los Wichi oponen resistencia. Como toda cultura originaria, tienen una lengua oral potente, con la que han sabido mantener viva la capacidad de transmitir lo propio de su cultura a través del arte y la artesanía. Su legado es su sabia cosmovisión que vibra en unidad con la naturaleza y nuestro desafío es rescatar y preservar su valor.